
Un número creciente de pacientes (muchos de ellos crónicos) se ven obligados a recoger sus medicaciones en sus hospitales, lo que les ocasiona una serie de inconvenientes no menores:
1. Desplazamientos y Tiempo:
- Muchos pacientes deben viajar largas distancias hasta el hospital, lo que puede ser especialmente difícil para aquellos con movilidad reducida o enfermedades crónicas.
- Las largas esperas y colas en las farmacias hospitalarias pueden consumir mucho tiempo, afectando la rutina diaria de los pacientes.
2. Costos Adicionales:
- Los gastos de transporte pueden ser significativos, especialmente para aquellos que viven en áreas rurales o alejadas del hospital.
- En algunos casos, los pacientes pueden necesitar pagar por estacionamiento en el hospital, lo que añade un costo adicional.
3. Impacto en su Salud:
- El esfuerzo físico y el estrés de viajar al hospital pueden empeorar la condición de algunos pacientes.
- La exposición a ambientes hospitalarios puede aumentar el riesgo de infecciones, especialmente en pacientes inmunodeprimidos.
4. Problemas de Accesibilidad:
- No todos los hospitales están bien equipados para atender a personas con discapacidades, lo que puede dificultar el acceso a la farmacia.
- Los horarios de las farmacias hospitalarias pueden no ser convenientes para todos los pacientes, especialmente aquellos que trabajan o tienen otras responsabilidades.
Algunas posibles soluciones podrían ser:
- Implementación de servicios de entrega a domicilio para medicamentos, especialmente para pacientes con condiciones crónicas.
- Uso de farmacias comunitarias para la distribución de ciertos medicamentos, reduciendo la necesidad de desplazarse al hospital.
- Mejora de la coordinación entre hospitales y centros de salud para facilitar el acceso a la medicación.
En cualquier caso, fomentar el uso de la telemedicina y las recetas electrónicas para que los pacientes puedan recibir sus prescripciones sin necesidad de una visita física al hospital es una de las tareas críticas.
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